domingo, 22 de septiembre de 2013

El camino de la Verdad




La “ordenación” de los Buenos Hombres constituía un verdadero compromiso de vida consagrada.

El oficiante hacía previamente una prédica destinada a iluminar el sentido de los compromisos que el futuro cristiano iba a adquirir, de los sagrados gestos que se iban a realizar y de las palabras que se recitarían.

Comenzaba con la pronunciación de votos casi monásticos por el postulante, que se comprometía a seguir el camino de la Verdad.

La segunda fase de la ceremonia consistía en la imposición colectiva de las manos y del libro sobre la cabeza del novicio para impetrar al Espíritu Santo consolador, con acompañamiento de lecturas de fórmulas rituales y plegarias, y de una serie de gestos de devoción.

La ceremonia se cerraba con el beso de paz. Un beso en la boca, como era usual en la Iglesia griega.

Todo el rito se desarrollaba en presencia de la comunidad de creyentes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario