lunes, 29 de octubre de 2012

Textos cátaros. Visión y ascensión de Isaías. 1



El titulado Visión y ascensión de Isaías (llamado también Apocryphum Isaiae) es un texto de origen cristiano, gnóstico, del siglo II.

En él se recoge una visión del profeta. Éste cuenta su visita a los Siete Cielos, guiado por un ángel.


Visión que tuvo Isaías, hijo de Amós.


Mientras hablaba por el Espíritu Santo, y todos lo escuchaban, enmudeció, cayó en éxtasis y no veía ni siquiera a los que estaban ante él. Aunque sus ojos estaban abiertos, su boca callaba y su pensamiento corporal había sido arrebatado a lo alto. Pero su respiración seguía en él, pues sólo estaba teniendo una visión.

El ángel enviado a mostrársela no era de este firmamento, ni uno de los ángeles gloriosos de los seis cielos que hay sobre este mundo, sino que había venido del séptimo cielo. No imaginaba el pueblo que el santo Isaías estaba en éxtasis; sólo lo sabía el círculo de los profetas.


La visión que tuvo el santo Isaías no era de este mundo, sino de lo oculto a la carne.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Textos cátaros. Testamento de Ezequías



Profecías de Isaías sobre los últimos tiempos

(Texto gnóstico del siglo II)



Tras mil trescientos treinta y dos días, vendrá el Señor con sus ángeles y ejércitos de santos desde el Séptimo Cielo y arrastrará al infierno a Beliar y a sus fuerzas.


Concederá entonces descanso a los piadosos que se encuentren en vida en este mundo, y a todos los que maldijeron a Beliar y a sus reyes. Los santos vendrán con el Señor, con sus vestiduras de arriba, del Séptimo Cielo. Con Él vendrán aquéllos cuyos espíritus están ya vestidos con las vestiduras de arriba, descenderán al mundo, y Él fortalecerá a los que se encuentren en vida, y luego todos volverán a lo alto con sus vestiduras de arriba, y serán dejados sus cuerpos en el mundo.


Entonces la voz del Amado increpará a los seres de la tierra, montes, collados, ciudades, desiertos y selvas, el sol y la luna, y todas las cosas en las que se manifestó y declaró Beliar en este mundo. El Amado exhalará de sí fuego que consumirá a los seres materiales, y será como si no hubieran sido creados.

martes, 9 de octubre de 2012

Textos cátaros. Rituales. 4. El espíritu




Benedicite parcite nobis.


Por la voluntad que los espíritus malignos ponen en nosotros, en la carne con la que estamos vestidos, obramos mal.

Nuestros hermanos espirituales nos dicen que reprimamos todo deseo carnal y toda villanía, y que hagamos la voluntad de Dios, el Perfecto Bien; pero nosotros no hacemos la voluntad de Dios, sino que cumplimos con los deseos de la carne y las inquietudes del mundo, a pesar de que dañamos a nuestros espíritus.

Vamos con la gente del mundo y nos quedamos con ellos, hablamos y comemos, y pecamos en muchas cosas, a pesar de que dañamos nuestros espíritus.

Oh Señor, no tengas piedad de la carne nacida de la corrupción, pero ten piedad del espíritu puesto en prisión.


Dice el Señor en el evangelio de San Lucas (X, 19): "Os he dado el poder de caminar sobre las serpientes y los escorpiones, y sobre toda la fuerza del Enemigo, y nada os dañará".

Si queréis recibir este poder y fortaleza, es preciso que odiéis este mundo y sus obras, y todas sus cosas. Ya que San Juan dice en su epístola (1, II, 15-17): "No améis el mundo, ni aquellas cosas que están en el mundo. Ya que todo lo que existe en el mundo es codicia de la carne y orgullo de la vida terrestre, que no es del Padre, sino del mundo; y el mundo pasará, pero el espíritu vivirá eternamente".

Está escrito en el libro de Salomón (Ec., I, 14): "He visto todas las cosas que se hacen bajo el sol, y todas ellas son vanidades y tormentos del espíritu".

Y Judas, hermano de Santiago, dice para enseñanza nuestra en su epístola (ver. 23): "Odiad este vestido mancillado que es carnal".


Pater sancte, suscipe servum tuum in tua justitia, et mitte gratiam tuam et spriritum sanctum tuum super eum.

viernes, 5 de octubre de 2012

Textos cátaros. Rituales. 3. El compromiso




Cristo no ha venido para lavar las manchas de la carne, sino para purificar de su suciedad a las almas creadas por Dios, que han sido mancilladas por el contacto con los espíritus malignos.


Como dijo el Señor por boca del profeta Baruc en Israel:
"Escucha, Israel, los mandamientos de la vida; pon el oído para aprender lo que es la prudencia. ¿De dónde viene, oh, Israel, que estéis presentes en el país de vuestros enemigos, que languidezcáis en una tierra extranjera, que os manchéis con los muertos y que seáis mirados como los que descienden a la tierra? Es porque habéis dejado la fuente de la sabiduría. Porque si hubierais caminado por la vía de Dios, habríais vivido en la eterna paz" (Bar., III, 9).
David dijo igualmente:
"Oh Dios, las naciones han entrado en vuestra hacienda y han manchado vuestro santo templo" (Sal., LXXVIII, 1).
El pueblo de Dios ha sido pues profanado por la sociedad de los espíritus malignos.


Dijo Pedro: "No es la purificación de las manchas del cuerpo lo que nos salva, sino el compromiso de conservar nuestra conciencia para Dios" (1, Pe., III, 21).
Lo que equivale a decir: No es la acción de la Iglesia lo que nos salva, sino el compromiso de conservar nuestra conciencia pura, compromiso que se hace delante de Dios con los ministros de Dios como intermediarios.


El Apóstol dijo en la segunda epístola a Timoteo: "Quienquiera que esté comprometido en el servicio de Dios, debe evitar el embarazo de los asuntos de la vida, con el fin de atender a Aquél que le enroló" (2, Ti, II, 4).
Leemos también en el evangelio de Lucas: "Quien habiendo puesto la mano en el arado mire atrás, no es digno del Reino de Dios" (Lu., IX, 62).
Jesús, hijo de Syrach, nos dice: "Si aquél que se lava después de haber tocado a un muerto, lo toca de nuevo, ¿de qué le sirve haberse lavado? Igualmente si un hombre ayuna después de haber cometido pecados y los comete de nuevo, ¿qué gana con haberse afligido y humillado? y ¿quién acogerá su plegaria?" (Ec., XXXIV, 30-31).
Y Pedro en su segunda epístola: "Si después de haberse retirado de las corrupciones del mundo por el conocimiento de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador, se dejan vencer y se comprometen de nuevo con el mundo, su último estado es peor que el primero. Pues más les hubiera valido no haber conocido el camino de la justicia, que volverse atrás después de haberlo conocido. Pero les ocurrió lo que dice un proverbio verdadero: el perro vuelve a lo que ha vomitado, y el cerdo, después de haber sido lavado, va al fango para revolcarse de nuevo en él" (2 Pe., II, 20-22).

Es por esto por lo que debéis comprender que, si acabáis de recibir el mensaje de Dios, será importante que lo conservéis toda vuestra vida con pureza de corazón y espíritu.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Textos cátaros. Rituales. 2. El Padrenuestro



Se dice "Padre nuestro que estás en los Cielos" para distinguirlo del Diablo.

"Venga a nosotros tu Reino":
Señor, conduce a tu pueblo fuera de la tierra del enemigo.

"Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo":
Esto significa: que sea cumplida tu voluntad en este pueblo ligado a la naturaleza terrestre tal como se cumple en el reino de arriba.


"El pan nuestro de cada día dánosle hoy":
David dice: "Me he ajado como la hierba bajo el ardor del sol y mi corazón se ha secado porque he olvidado comer mi pan" (Sal., CI, 5).
Está escrito en el Libro de la Sabiduría: "Habéis dado el alimento de los ángeles a vuestro pueblo, les habéis hecho llover del cielo un pan preparado sin ningún trabajo, que encerraba en él todo lo que hay de delicioso y todo lo que pueda ser agradable al paladar. Y la sustancia de vuestro pan hacía ver cuán grande es vuestra dulzura hacia vuestros hijos, ya que acomodándose a la voluntad de cada uno de ellos se cambiaba en aquello que les gustaba" (Sab., XVI, 20-23).
Y Cristo en el Evangelio de Juan dice: "Moisés no os ha dado el pan del cielo, sino que ha sido mi Padre quien os ha dado el verdadero pan del cielo. Pues el pan de Dios es aquel que viene del cielo y que da la vida al mundo". (Jn., VI, 32-33).
Y de nuevo: "Yo soy el pan de la vida" (es decir: soy yo quien tengo misión de vida); "quien cree en mí no tendrá jamás sed, quien cree en mí no tendrá jamás hambre" (Jn., VI, 35).
Y además: "El que cree en mí tendrá la vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y están muertos. Pero he aquí el pan que ha descendido de los cielos. El que come de este pan - es decir: el que acoge mi mensaje - vivirá eternamente" (Jn., VI, 47-56).


"Y no nos dejes caer en la tentación":
Es decir, no permitas por más tiempo que seamos inducidos a la tentación, ahora que deseamos seguir vuestra ley.
Hay, en verdad, una tentación carnal y una tentación diabólica.
La tentación diabólica es aquélla que procede del corazón, por sugestión del diablo, como los pensamientos de iniquidad, el odio y otras cosas parecidas.
La tentación carnal es aquélla que resulta de la naturaleza humana, como el hambre, la sed, el frío y todas las demás cosas de este estilo: no podemos evitarlo.

"Mas líbranos del mal":
Es decir: del Diablo, que es el tentador.


"Ya que a Vos pertenece el Reino":
Esto equivale a decir: la razón por la cual debes hacer por nosotros lo que te pedimos, es que somos tu pueblo.

"Y el Poder":
Tú tienes el poder de salvarnos.

"Y la Gloria":
A Ti alabanza y honor.

Por los siglos de los siglos:
Es decir, en el tiempo celestial.

martes, 2 de octubre de 2012

Textos cátaros. Rituales. 1




Como todos los rituales religiosos, los rituales cátaros eran el soporte externo de enseñanzas herméticas.


Mediante la combinación de ceremonias, palabras y sonidos, colores y luces, escenarios y gestos, se propiciaba el acceso a mundos superiores.


Si los cátaros no hubieran sido exterminados, si el desarrollo del catarismo no hubiera sido bruscamente interrumpido, con seguridad sus primitivos rituales medievales habrían evolucionado, como lo han hecho los de otras religiones.


Pero los rituales son sólo el medio. Lo importante es el mensaje que con ellos se transmite.

lunes, 1 de octubre de 2012

Textos cátaros





Junto con el Libro de los Dos Principios, otros textos cátaros fueron:


Dos documentos en los que se recogen diferentes rituales de la época:

- El ritual occitano
- El ritual latino


Dos evangelios apócrifos:



- La Cena Secreta

- La Ascensión de Isaías.