domingo, 11 de marzo de 2012

GNOSTICISMO (III)



En el gnosticismo se aunaron la filosofía platónica, el legado judío y la inspiración cristiana.
Los gnósticos cristianos creyeron que Jesús de Nazaret había sido la última encarnación en la historia del Salvador gnóstico.


A lo largo del desarrollo del gnosticismo surgieron diversas escuelas: valentinianos, carpocratianos, basilidianos, setianos, cainitas, ofitas…


Hubo tres especialmente significativas:


SIMONIANOS:


Según los heresiólogos, Simón el Mago fue el padre de todas las heterodoxias surgidas en el seno del cristianismo.

El texto clave sobre Simón se halla en los Hechos de los Apóstoles, VIII, 9-24:


Había en la ciudad un hombre llamado Simón, que desde tiempo atrás practicaba la magia y traía maravillada a la gente de Samaria. Decía que él era un gran personaje. Todos le hacían caso, mayores y pequeños, pues decían: «Éste es la potencia de Dios llamada Grande». Le hacían caso porque durante bastante tiempo los había estado embaucando con sus artes mágicas. Pero cuando creyeron a Felipe, que los evangelizaba acerca del reino de Dios y del nombre de Jesucristo, se bautizaron hombres y mujeres.  El mismo Simón creyó, y una vez bautizado no se apartaba de Felipe, y cuando veía las señales y los grandes prodigios que sucedían se maravillaba. [...] Viendo Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se otorgaba el Espíritu Santo, les ofreció dinero diciendo: «Dadme a mí también ese poder, de modo que aquél al que imponga yo las manos reciba el Espíritu Santo». Pedro le contestó: «Que tu dinero vaya contigo a la perdición, porque intentaste comprar con dinero el don de Dios. No tienes parte ni herencia en este asunto, ya que tu corazón no es recto a los ojos de Dios. Arrepiéntete, pues, de tu maldad y ruega al Señor a ver si se aparta esa idea de tu corazón, puesto que te veo en la hiel de la amargura y en las cadenas de la iniquidad». Simón respondió: «Rogad al Señor por mí a fin de que no me suceda nada de lo que habéis dicho».


En este texto Lucas intenta rebajar la relevancia de ese personaje, Simón, que competía con los primeros misioneros cristianos helenistas.
Simón fue un taumaturgo (hacedor de milagros), como otros de su época, a los que los cristianos denigraron como “magos”.
Algunas gentes, sin embargo, lo creyeron enviado de Dios o encarnación de la divinidad, lo que lo situaba en competencia con la figura de Jesús.

Simón fue tenido por los simonianos como la representación de Dios, su “Fuerza” o “Potencia”.
Simón es también el Redentor gnóstico. Simón había descendido desde las alturas como redentor, engañando a las potencias celestes malvadas - los ángeles del Demiurgo -. Murió en la cruz, pero su sufrimiento y muerte (como los del Jesús gnóstico) fueron sólo aparentes.

Al igual que Dios tenía su Pensamiento (femenino), también Simón tuvo el suyo, que se mantuvo a su lado mientras estuvo en la Tierra. Este Pensamiento se había “encarnado” en una mujer llamada Helena.
Simón y Helena fueron adorados como dioses por sus seguidores.

Según los simonianos (en línea con el pensamiento gnóstico) las leyes de este mundo han sido inspiradas por el creador del mismo. El Demiurgo ha esclavizado a los hombres con ellas. La justicia es una convención humana.
Consiguientemente, los simonianos no consideraban necesario acatar los preceptos por los que se rigen los hombres.

En el siglo II, los cristianos de la Iglesia mayoritaria se enfrentaron a los seguidores de Simón, los simonianos, que eran judíos samaritanos probablemente independientes ideológicamente del cristianismo, pero que ejercían en ciertos cristianos una notable influencia.


BARDESIANOS:


El bardesianismo recibe su nombre de un maestro gnóstico del siglo II llamado Bardesanes (Bar [hijo de] Daisán).


Este “filósofo arameo”, como se le llamaba, muy influido por la teosofía egipcia hermética, vivó mucho tiempo en la corte del rey Abgar IX de Edesa (179-216), descendiente de otro rey del mismo nombre del que la leyenda dice que se carteó con el mismo Jesús. Cuando los romanos se apoderaron de Edesa, Bardesanes huyó, y murió en Armenia o Siria hacia el 222.
Se conoce el pensamiento de Bardesanes (próximo aunque no igual al de Valentín) por los escritos de los heresiólogos y por un diálogo sobre el hado y la libertad compuesto por uno de sus discípulos, denominado El destino o Leyes de los países.

Según Bardesanes, en los orígenes existían dos Principios: la Luz/Dios y la Oscuridad/Materia. Entre ellos existían cuatro elementos primordiales: luz, aire, fuego y agua, que de algún modo eran emanación de los dos Principios.
Utilizando esos elementos, las Tinieblas crearon el Universo. Éste, por tanto, está compuesto por ciertos elementos elevados (aunque no espirituales), pero mezclados con la materia.
El ser humano forma parte de este mundo. Su alma procede del Principio Bueno, pero el Principio Malo ha conseguido atraparla en el cuerpo.
El Logos (el Pensamiento/Potencia de Dios) desea salvar al alma, por lo que se encarna en Cristo, cuyo cuerpo es sólo aparente (docetismo).
El Cristo revelador enseña al hombre el camino para que, tras la muerte, el alma pueda unirse a la divinidad en el ámbito celeste.


Se ha visto en esta corriente gnóstica un antecedente inmediato del maniqueísmo.


LIBERTINOS:


El grupo gnóstico de los libertinos o fibionitas resulta extraño en el panorama tan intensamente ascético de los siglos II y III.

Sólo se les conoce a través de lo que contra ellos escribió en el siglo IV el heresiólogo Epifanio de Salamina.


Los Padres de la Iglesia afirmaban que estos herejes gnósticos llevaban una vida corrupta, que creían que al ser “espirituales” estaban ya redimidos y podían hacer con su cuerpo lo que quisieran. La carne, las “cosas del cuerpo”, no afectaban a su espíritu, ya salvado. Por ello, podían “dar lo carnal a lo carnal y lo espiritual a lo espiritual”.

Los fibionitas consideraban que con la procreación el hombre estaba cooperando con el Demiurgo. Al generar un ser humano, se creaba una nueva cárcel material para el espíritu. Lo mejor era que la generación de seres humanos se detuviera de una vez. Por ello, en sus contactos sexuales no practicaban una eyaculación normal.


Los investigadores están divididos sobre estas informaciones transmitidas por Epifanio.
Unos opinan que Epifanio está comunicando noticias verdaderas; otros sostienen que se trata de exageraciones calumniosas, inventos para denigrar a los herejes gnósticos.
Al disponer de una sola fuente, el Panarion de Epifanio, o Adversus Haereses, es imposible saber lo que hay de cierto en ella.


***


El gnosticismo como grupo identificable duró unos dos siglos.
No se sabe con certeza qué motivo su desaparición, aunque sí que en el siglo III arrecieron contra los gnósticos los ataques desde distintos frentes:


Plotino y su escuela neoplatónica atacaron a los gnósticos cristianos como malos filósofos, e intentaron mantener la especulación sobre los primeros principios, sobre el universo y el ser humano dentro de los límites de su sistema filosófico, sin contacto con la “superstición” judeocristiana. Los gnósticos aparecían como cultivadores de una filosofía semiplatónica, degradada, tosca y mítica.

El pueblo llano, por su parte, estimó que las construcciones gnósticas eran demasiado complicadas y abstrusas frente a la simplicidad con que se presentaba la doctrina cristiana.

Y, por otro lado, después de que el Imperio con Constantino asumió el cristianismo como religión universal y única, quedaba fuera de lugar el gnosticismo que era una religión sólo para unos pocos, para una élite espiritual; no para todo el pueblo.


Así, en el siglo IV el gnosticismo desaparece “oficialmente”.
Pero no así su espíritu, que resurgirá primero en el maniqueísmo y más tarde en el catarismo.

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