martes, 13 de diciembre de 2011

La Búsqueda del Grial




El catarismo rechaza la materia, como obra del Espíritu del Mal.


Por lo tanto, ninguna relación cabe establecer entre el catarismo y supuestas “sangres reales” ni vientres de Magdalenas.
El catarismo entiende que Jesucristo no fue un ser de carne y hueso (de “materia”), sino sólo una apariencia humana a través de la cual la Divinidad se comunicó con los hombres.
Por lo tanto, de ningún modo se puede afirmar que en algún momento los cátaros fueran “custodios” de una supuesta descendencia de Jesús.
Tales teorías son completamente opuestas a la esencia misma del catarismo.


Pero sí se puede relacionar el catarismo con el Grial, si se comprende éste adecuadamente.


¿Qué es el Grial?


El Grial es el recipiente místico contenedor de la sustancia sacra.
Existe en todas las culturas, en todas las religiones: cuenco, jarra, crátera, matraz, etc. El caldero céltico de Lug. La vasija de los misterios órficos de los griegos, en la que se cocinaba el alma del mundo.
Es el receptáculo de la substancia a través de la cual tiene lugar la transfiguración personal.
Su contenido es trascendente. El Grial es el alimento místico, la clave de la Sabiduría, el Misterio y la Magia, la guía para salir del laberinto, el transmisor del secreto, de la enseñanza, del conocimiento.
En los misterios de Eleusis, en Grecia, el recipiente contenía la bebida sagrada y, al tomarla, el neófito entraba en trance, es decir, pasaba a otro mundo.


El Grial es el vaso sagrado, el recipiente primordial.
Parece un objeto. Pero es “un objeto espiritual”.


Un objeto que presupone la existencia de un Caballero, un Camino a recorrer y una Meta que alcanzar.
El Grial es el Buscador y la Búsqueda.
El Grial es un enigma. Un enigma que convoca a una empresa.


El Grial simboliza el anhelo de Dios. Buscar el Grial es buscar a Dios. El Caballero del Grial es el buscador de Dios, el buscador de la trascendencia. Su Búsqueda pretende descubrir los secretos y conocer los misterios. La Búsqueda del Grial es un viaje hacia la iluminación. El Grial representa la aspiración a la plenitud, a la unión con lo divino.
La Búsqueda del Grial es la historia del alma en su recorrido por el laberinto que constituye el tránsito hacia la Divinidad.


La idea que subyace en la Búsqueda es la de paso, la de tránsito.
En la existencia terrestre el alma se encuentra separada de su esencia.
La Búsqueda constituye el paso hacia una esfera superior en la que el alma encuentra lo que anhela. Es una mutación mística, el abandono de los apegos materiales, la revelación.


El Viaje es la búsqueda del conocimiento y de la verdad oculta, la búsqueda de la revelación del significado del misterio, la búsqueda de la Divinidad.


Es la aventura del héroe o iniciado, del caballero andante, a través de un terreno desconocido, el páramo, la Tierra Desolada; una aventura sin red protectora. Una aventura en la que la vida se va cargando de sentido, al tiempo que el espíritu se distancia de la materia. Una aventura en la que cada esfuerzo, cada prueba constituye un avance en el proceso alquímico de transfiguración y perfeccionamiento.


Lo Divino, una vez despertada la necesidad espiritual, se convierte en la meta de todo Iniciado que se plantea su lugar en el mundo.
El Grial cura, transforma, ilumina.


Pero, para ello, hay que superar el miedo. Confiar en la voz que se escucha, para que ella nos oriente.
Los problemas, los errores, los tropiezos, son el detritus que nutre la semilla.


La Búsqueda es una andadura que causa dolor pero a la vez revela secretos. Despierta inquietudes y responde a interrogantes.
El Camino, las dificultades y las satisfacciones ante lo contemplado, no son sino escenario que facilita la mirada interior.


El Caballero de la Búsqueda va en pos de un tipo de sabiduría que constituye una experiencia espiritual transformadora y que proporciona un estado de gracia especial que posibilita la superación de lo material.
La Búsqueda heroica constituye un proceso iniciático que conduce a la liberación y el conocimiento.


Cuando la revelación sobreviene, exige la máxima entrega en la respuesta, pues de lo contrario se desvanece.
Ante la revelación no hay protocolos, ni códigos sociales, ni reticencias, ni cautelas.
La prudencia ante la revelación significa tibieza de espíritu. La prudencia ante la revelación ciega lo que podría haber sido iluminación, sentido y toma de conciencia.


En versiones de Perceval posteriores a la de Chrétien, como la Segunda Continuación y la de Manessier, junto al Grial aparece otro elemento: la espada rota, que cobra significado, al igual que la lanza, en relación con el contexto histórico en que se desarrolla la narración, como parte del instrumental bélico del caballero.


La lanza representa la intuición y la clarividencia, pues con ella, lanzada de forma certera, se alcanza el centro de las cosas. La espada por su parte significa la fortaleza con la que se rasga el velo de la ignorancia.
Pero al mismo tiempo, en sentido inverso, la lanza produce la herida del Rey, incapacitándolo, y la espada partida pone de manifiesto la pérdida de su soberanía.
Lanza y espada simbolizan la vía iniciática. El Kata Upanishad comparaba la andadura hacia la sabiduría con el caminar sobre el filo de una navaja. Símbolo de purificación y de renuncia para llegar a la perfección personal y a la salvación.


A medio camino entre la experiencia mística y la hazaña guerrera, la Búsqueda del Grial hace referencia a lo sagrado, a lo trascendente, a lo sobrenatural, al Misterio.

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