jueves, 18 de julio de 2013

Los dos creadores




Un ángel de Dios no puede volverse hacia el mal, cuando Dios sólo había podido crearlo bueno.
¿Quién es el inventor del mal que creyó elegir libremente Lucifer?
¿Quién le empujó al orgullo, al pecado y a la muerte?

«Si el mundo os odia, sabed que antes me ha odiado a mí. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo que le pertenece; pero no sois del mundo, porque yo os he sacado del mundo y por eso el mundo os odia» (Juan 15, 18-19).

El ser humano, guiado por Cristo, aspira al Reino de Dios, que no es de este mundo.
Este mundo malvado, este bajo mundo cuyo príncipe es Satán, no es de Dios.
Es la obra deforme de otro creador, de un creador maligno.

Dios es inocente del mal.
Su creación, el Reino, el Otro Mundo, es buena y luminosa.

Un árbol bueno sólo puede dar buenos frutos; uno malo sólo malos frutos:
«Por sus frutos los conoceréis» (Mateo 7, 16).
Puesto que el fruto de este mundo visible es muy amargo, su creador no puede ser un árbol bueno.

Hay dos creadores y dos creaciones.

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