En algunas
versiones el “Rey Herido” y el “Rey Pescador” son el mismo personaje. En otras,
el rey del Grial parece desdoblarse en dos identidades.
Algunas leyendas
árabes que durante la Edad Media se divulgaron a través de traducciones
españolas, presentaban ya el tema del pez vinculado a una búsqueda
equivalente a la del Grial como piedra de poder.
Tal piedra
estaba engarzada en un anillo perteneciente a Salomón.
Un anillo que
tenía las propiedades de «un fuego que llena el Cielo y la Tierra», símbolo
del poder supremo.
Este anillo de
Salomón es a su vez reproducción de la piedra que Alejandro Magno había
encontrado en un pez gigantesco y que, al igual que el Grial, se manifestaba
como una gran luz en la noche.
Salomón pierde
el anillo y su fuerza decae.
El anillo había
sido arrojado al mar.
Salomón,
pescando, lo encuentra dentro de un pez, y así recobra su dominio sobre
hombres, animales y demonios.
En Chrétien, el
rey del Grial, por haber sido herido, ya no tiene más ocupación ni goce posible
que pescar.
Consciente de su
propia impotencia, busca al héroe que lo sane y lo sustituya.
En Wolfram
también el pescador es el que indica a Parsifal el camino al castillo del
Grial.
Allí reaparece
como rey enfermo.
Y se dice de él
que «lo que pesca, cuando los dolores lo atormentan, no basta a su necesidad».
El rey pescador
aparece pues como “buscador de hombres”, de hombres cualificados para la
empresa que se les reserva.
El rey pescador
es el rey caído que busca quien salve al reino.
Cosa que sólo
será posible cuando llegue el héroe que comprenda el sentido del Grial.
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