La aparición y desarrollo de los textos sobre el
Grial, entre finales del siglo XII y principios del siglo XIII, se corresponde
con el apogeo de la alta caballería.
Uno de los textos más antiguos es el ciclo de Robert de Boron, del que se conservan
el José de Arimatea y parte del Merlín.
En Robert de Boron, Avalon es un país situado en
el extremo occidental, a donde, por orden divina, se dirigen algunos caballeros
de las huestes de José de Arimatea, el portador del Grial. Entre esos
caballeros se encuentra Petrus. Petrus deberá marchar «a donde su corazón lo
llama», o sea, «a los valles de Avalon», y allí deberá permanecer hasta que vea
a quien sabrá leer una carta divina y anunciará el poder del Grial.
Gautier de Doulens
cuenta que José de Arimatea y los suyos se encaminan a Avalon con el Grial, y
allí, acosados por enemigos, son «alimentados» por el Grial, que da a cada uno
lo que necesita.
En el anónimo Grand Saint Graal, José de Arimatea
y sus caballeros alcanzan la tierra del Grial por medios heroicos y
sobrenaturales, tras pasar una prueba: Cruzar las aguas. Los puros las
cruzarán, mientras que los impuros se hundirán.
Avalon es “el centro”, la “Tierra Prometida”. El
Reino del Grial.
El viaje a Avalon es un viaje simbólico,
iniciático, místico. Es la toma de contacto con las fuerzas primordiales.
Es peligroso hablar del Grial, no puede hablarse
del misterio del Grial sin temblar...
Chrétien de Troyes, en
la “Élucidation” que precede a su texto, remite a un tal Maestro Blihis,
conocedor de una tradición que debe permanecer secreta: «Nus ne doit dire le
secrée».
Wolfram von Eschenbach remonta la fuente de su narración a un Kyot el Provenzal, que a su vez
había encontrado la historia de Parsifal y del Grial en textos descifrados por
él gracias a su conocimiento de los caracteres mágicos: Flegetanis, de la
estirpe de Salomón, había escrito en tiempos remotos esa historia, basándose en
su ciencia astrológica, al haber leído el nombre del Grial en las estrellas.
«Examinando las estrellas, descubrió secretos profundos de los que no hablaba
sin estremecerse».
Robert de Boron
atribuye el origen de su historia a un «gran libro donde están escritos los
grandes misterios que son llamados del Grial», y afirma que «la gran historia
del Grial nunca había sido tratada por un hombre mortal». Y que las
metamorfosis que se despliegan en la visión del Grial son inexpresables, «ya
que los secretos del sacramento no deben revelarse más que a aquél a quien Dios
ha dado la fuerza para tanto».
En el Perceval li Gallois se añade: «Esta
historia es muy valiosa y no se cuenta a gente que no pueda comprenderla».
En el Grand Saint Graal, sólo es posible
acercarse al Grial tras una preparación purificadora. Entonces, se producen
apariciones, el espíritu es raptado por los ángeles y llevado a contemplar
directamente la Divinidad.
Abrir el estuche que contiene el Grial significa
entrar directamente en contacto con Cristo.
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