El lugar donde
se produce el encuentro con el Grial es el “Castillo”.
En Parzival, en el castillo hay
«esplendores que no tienen igual en la Tierra».
Titurel explica:
En medio del bosque se alza un monte que nadie puede encontrar a menos de ser
guiado a él por ángeles, el monte defendido, el monte custodiado,
Montsalvatsche. Sobre él se cierne el Grial, sostenido por seres invisibles.
El monte del
Grial es el Montsalvatsche, en las Tierras de Salvatsche. El “mons
salvationis”, Salvaterra.
El castillo del
Grial, en la Queste, es denominado
“palais spirituel”, y en el Perceval li
Gallois, “castillo de las almas”. Un castillo de seres espirituales.
Es un lugar
rodeado por las aguas. Un lugar aislado. Un lugar inaccesible.
Un lugar para
llegar al cual hay que atravesar el “vado peligroso”. Que es una prueba
iniciática.
En la Queste du Graal, el castillo está
custodiado por dos leones.
En Parzival, el lugar donde se encuentra
está desierto, es salvaje, mortal:
«La vía que
conduce a él está llena de combates».
«No se suele
cabalgar tan cerca del Montsalvatsche sin tener que pasar un peligroso
combate».
Los guardianes
del Grial impiden a los hombres acercarse, a excepción de los elegidos por el
propio Grial.
En Parzival, el Grial resulta invisible
para el no bautizado.
Del agua que
bautiza se dice:
«Gracias a esa
agua pueden ver nuestros ojos. El agua lava las almas y las hace tan brillantes
que los propios ángeles no tienen mayor fulgor».
Se trata pues de
un acto de iluminación.
Ese agua es el
“agua filosofal” del hermetismo.
El castillo es
la Hiperbórea de los clásicos:
Píndaro había
explicado que a la región de los hiperbóreos no se llega ni por tierra ni por
mar y que sólo a héroes como Heracles les fue dado hallar el camino.
Plutarco refiere
que en el reino hiperbóreo la visión de Cronos se produce en el estado de
sueño.
Igualmente, en
la Morte D’Arthur, Lanzarote tiene la
visión del Grial en un estado de muerte aparente.
El castillo del
Grial es un lugar que sólo puede alcanzarse con el vuelo del espíritu. Un
lugar que se encuentra en el espíritu.
Es un lugar
inviolable frente a cualquier profanación.
Su invisibilidad
simboliza su inaccesibilidad.
Su ajenidad
respecto del mundo corpóreo, físico.
Por ello,
acceder a él significa atravesar los límites materiales.
Las pruebas que
afrontan los caballeros son pruebas espirituales.
Son experiencias
más allá de los límites de la conciencia corriente.
Significan superar
una crisis. Llevar a cabo una empresa difícil y arriesgada. Un “peligroso
combate”.
Lanzarote llega
al castillo de su aventura pasando por el puente constituido por el filo de una
espada.
El “viaje” a ese
lugar es esencialmente un viaje interior a un mundo habitualmente cerrado al
ser humano. Un viaje iniciático. Es el camino hacia la sabiduría.
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