La naturaleza peligrosa del Grial se manifiesta
también en relación con el tema del «asiento peligroso» y con la prueba que
éste representa para quien aspire a ser el «héroe esperado».
Se trata del «asiento vacío» o «asiento
décimotercero»; asiento bajo el que se abre el abismo o las llamas cuando en él
se sienta alguien indigno y no elegido.
Cuando se sienta en él Parsifal, retumba un trueno
terrible y se abre la tierra, pero Parsifal permanece tranquilo ocupando el
asiento. Su pureza le da fuerza, nada puede dañarle.
Tras ello, al audaz que ha soportado esta prueba
se le imponen otras aventuras, que constituyen la vía para la conquista
definitiva del Grial.
La Queste
du Graal y la Morte D’Arthur
presentan el tema de forma aún más directa: El asiento peligroso puede ser
ocupado sólo por quien ha superado la «prueba de la espada», que consiste en
desclavar una espada de una piedra, demostrando con ello ser el mejor entre
todos los caballeros.
Cuando se consigue pasar esta prueba, se
manifiesta el Grial: aparece una luz que resplandece más que el sol, surge
mágicamente el Grial emanando su aroma y cada caballero recibe el alimento que
le es adecuado.
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