Existe una eternidad distinta de aquélla que
corresponde al verdadero Señor Dios.
Habla Job de un lugar "donde mora la sombra
de la muerte, donde todo es sin orden y en un eterno horror…" (Job, X,
22).
Si cuando se dice que son eternas se da a entender
con ello que las esencias no han tenido ni comienzo ni fin (como se admitiría
en el Dios bueno), hay que entender también que las angustias y el horror, el
fuego y los suplicios, las cadenas y el mismo Diablo, no han tenido comienzo ni
tendrán fin.
Pues tanto si estas cosas son los nombres con los
que se designa al supremo Principio del Mal como si son solamente sus efectos,
atestiguan de todas maneras la existencia de una causa del mal, antigua, eterna.
Necesariamente la causa ha de ser así.
Existe pues un Mal Principio de donde esta
eternidad fluye directamente.
El concepto de Eternidad, ha de ser único. Si existen DOS Eternidades, la Eternidad por definición no es posible, pues eso provocaría su autoexclusión.
ResponderEliminarUna Eternidad independiente de otra Eternidad hace que tal Eternidad no sea posible.
Así lo veo yo.
Sigo buscando la Luz, pero este principio Dualista, no lo entiendo y me parece imposible.
Que Dios sea Todopoderoso es una afirmación de las llamadas “religiones del Libro”.
EliminarPero quizás no lo es. Nada impide afirmar la existencia de dos Principios en lucha. El ser humano tiene una parte espiritual, una parte de Luz, creada por el Principio del Bien, y una parte material, una parte de Sombra, creada por el Principio del Mal.
Cuando el espíritu humano consiga regresar al ámbito de la Luz de donde procede y al que pertenece, dejará atrás definitivamente el ámbito de la Sombra. Pero nada impide creer que de algún modo ese mundo de la Oscuridad subsista. Aunque, a medida que el Dios del Bien vaya recuperando a sus criaturas perdidas y atrapadas por el Dios del Mal, el poder de éste irá menguando, y se incrementará la Luz.
Porque nuestros espíritus son chispas perdidas de esa Luz. Atrapados en cárceles de materia, hemos olvidado que somos Luz, que procedemos de la Luz, que hemos de regresar a la Luz. Pero conforme lo vamos recordando, conforme lo vamos entreviendo, en un camino de búsqueda y lucha y purificación, ya lo único que deseamos es regresar a nuestro origen. Regresar a la Luz.
En ese proceso, crecerá la Luz, se reducirá la Oscuridad. Llegará un momento en que todos los espíritus perdidos nos habremos liberado de la Sombra y nos habremos reincorporado al Bien. Lo que ocurra entonces con la Oscuridad, no podemos saberlo. Nuestro conocimiento del Más Allá es forzosamente limitado, aunque podemos irlo incrementando con la Búsqueda. El Dios que creó nuestros espíritus consigue atravesar la prisión en la que nos hallamos; si estamos atentos, podemos advertir de vez en cuando su presencia, y con ello vamos recordando quiénes somos, de dónde venimos... Como en la Caverna de Platón, en este mundo sólo vemos sombras de la Realidad, pero esas sombras nos hacer saber que existe otra cosa, que existe otro lugar...
Espero que encuentres algún sentido en estas palabras.
He tenido este blog algo desatendido, por falta de tiempo, pero confío retomarlo en breve. Pásate por aquí de vez en cuando. Pronto habrá nuevas aportaciones, y quizás podamos seguir intercambiando pareceres.
Un abrazo.