lunes, 3 de septiembre de 2012

Textos cátaros: El Libro de los Dos Principios. 4. Resúmenes. VII. Del Principio Malo



Si no hubiera dos Poderes, parecería que el Poder divino combate contra Sí mismo, se destruye a Sí mismo, está siempre en lucha contra Sí mismo.


El apóstol dice a los Efesios: "Hermanos míos, fortificaos en el Señor. Revestíos de todas las armas de Dios para poder defenderos de los artificios del diablo. Puesto que hemos de combatir, no contra los hombres de carne y sangre, sino contra los principados y las potestades, contra los príncipes de este mundo, es decir contra este siglo tenebroso, contra los espíritus de malicia esparcidos en el aire. Tomad por ello todas las armas de Dios, a fin de que podáis resistir en el mal día y permanecer templados... Cubríos por entero con el escudo de la fe, con el que podréis apagar todos los dardos de fuego del espíritu maligno" (Ef., VI, 10-13).


¡Así, las virtudes y los poderes del Señor verdadero Dios se combatirían entre ellos, cada día, por su propia voluntad!


Es absurdo pensar esto del verdadero Dios. Se deduce entonces, y sin lugar a dudas, que existe otra Potencia o Poder que el Señor Dios se esfuerza en combatir cada día.

 

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