Nuestros adversarios nos dicen:
"El hombre ha recibido el poder de hacer lo
que, sin embargo, no hace, no ha hecho y no hará nunca. Ha recibido la voluntad
que, sin embargo, no ha tenido, no tiene y no tendrá nunca. Ha recibido también
la capacidad que no ha ejercido, no ejerce y no ejercerá nunca".
Y bien, si es así, nada nos impide afirmar que se puede
cambiar todo lo imposible en posible.
Pero estas son palabras locas y vanas
imaginaciones.
Ya que, en verdad, si lo que nunca ha sido, no es
y no será nunca, "podía" llegar a serlo, y existía en potencia, se
deduciría, sin ninguna duda, que los ángeles "podrían" transformarse
en demonios, y los demonios en ángeles; que Cristo "podría"
convertirse en el Diablo, y el Diablo en Cristo. Todos los
"imposibles" podrían ser, todos existirían en potencia.
Tendríamos que ser bien tontos para afirmar tal
cosa.
Y he aquí la razón: es exacto que un hombre tiene
en efecto el "poder" de hacer lo que ha hecho, lo que hace, lo que
hará en el futuro. Esto ha estado o está en potencia en él. Pero lo que no ha
hecho, no hace y no hará nunca, no es "posible" que lo haga: de
ninguna manera esto está -o ha estado- potencialmente en él. Ya que lo que no
pasa nunca a acto, no podemos decir, en buena lógica, que está de alguna manera
en potencia.
Si Dios sabe que alguna cosa va a ocurrir, antes
de que sea, es imposible que no ocurra.
Igualmente, no podría saber que debe ocurrir, si
fuera posible que no ocurriese nunca.
Para aquél que conoce absolutamente todo lo que va
a ocurrir, es imposible que algo que va a ocurrir no ocurra.
Nuestros adversarios nos dicen que Dios ha creado
a sus ángeles buenos y santos.
Pero: ¿Sabía o no sabía antes de que existiesen
que llegarían a ser demonios?
Si no lo sabía, Dios no es perfecto, ya que no
conoce todo el futuro.
El Dios de nuestros adversarios sabía, pues, sin
ninguna duda, antes ya de que lo fuesen, que sus ángeles llegarían a ser
demonios, porque ese Primer Hacedor es perfecto y conoce perfectamente lo que
va a ocurrir; todas las cosas están presentes para el Primer Hacedor.
Luego una necesidad de ser y una imposibilidad de
no ser han determinado a los ángeles antes de su creación.
A partir de entonces, ha sido siempre imposible,
absolutamente, que no llegaran a ser demonios, para la sabiduría de Dios, en
quien todo lo que fue, es y será, queda eternamente presente.
¿Con qué argumentos, y con qué atrevimiento, los
ignorantes pueden sostener que los ángeles habrían podido permanecer buenos y santos
eternamente, cuando esto había sido imposible en Dios que conoce todas las
cosas antes de que sean hechas?
Si todo está creado por el Primer Hacedor, las
cosas que existen son las que han recibido de Él el ser y la potencia del ser,
y al contrario, las cosas que no existen son las que no han recibido el ser y
no pueden de ninguna manera acceder al ser.
Esto destruye la teoría de aquéllos que
sostuvieron que los ángeles habían tenido a la vez el poder de pecar y el de no
pecar.
La teoría mencionada no concuerda con las ideas de
los que creen que únicamente hay un Principio.
Es verdaderamente una cosa incomprensible que se
atrevan a enseñar que Cristo vendrá a juzgar a los hombres sobre lo que hayan
hecho por libre albedrío, cuando es claro que no existe absolutamente en ellos
el libre albedrío.
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