Parsifal, el
“héroe puro” o “héroe loco”, regresa a la capilla de los caballeros del Grial,
en el Montsalvat.
Al lugar donde
el Grial proporciona su alimento místico.
Parsifal ha
superado su propia inconsciencia.
Ha resistido las
tentaciones.
Ha recuperado la
lanza que el rey Amfortas había perdido pecando.
El rey herido
sana. La espada rota es vuelta a unir.
El héroe ha sido
enfrentado a una empresa peligrosa, mortal.
Al superarla, el
héroe trasciende a una nueva realidad.
Así lo
manifiesta la fórmula de un antiguo texto de Merlín:
«Honor, gloria,
poder y alegría eterna al Destructor de la muerte».
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