jueves, 26 de abril de 2012

Oración (V)



Hombre mortal mis padres me engendraron,
aire común y luz los cielos me dieron,
y mi primera voz lágrimas fueron,
que así los reyes en el mundo entraron.

La tierra y la miseria me abrazaron,
paños, no piel o pluma, me envolvieron,
por huésped de la vida me escribieron,
y las horas y pasos me contaron.

Así voy prosiguiendo la jornada
a la inmortalidad el alma asida:
que el cuerpo es nada, y no pretende nada.

Un principio y un fin tiene la vida;
porque de todos es igual la entrada,
y conforme a la entrada la salida.

Félix Lope de Vega y Carpio

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