La Tierra es
hechura de Lucifer. Sin embargo, en ocasiones Dios consigue manifestarse en
ella, y es posible presentir la belleza que hay más allá de las estrellas, la
luz que brilla en la distancia.
Surgen así los
lugares mágicos de las viejas mitologías:
La isla de
Avalon de los celtas.
El jardín de
las Hespérides de los griegos.
La selva
encantada de Oberón, que rodea y protege el castillo maravilloso de Monmur.
El bosque
sagrado de Brocéliande, que separa el templo del Grial, Munsalvasche, del resto
del mundo.
Los lugares
mágicos que hay que seguir buscando para, en ellos, recibir el mensaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario