El acceso al
castillo del Grial, al castillo de Montsalvatsche, al castillo del Rey, se
conquista con las armas en la mano.
La búsqueda
implica una lucha sin tregua.
Los filósofos
herméticos buscan su “piedra” como los caballeros buscan el Grial, piedra
celestial.
Búsqueda que se
inicia con la de la “materia” de la Obra.
La “materia”
buscada en la tradición hermética se identifica con la “piedra”.
Y la “piedra” es
el Grial. La piedra
sagrada, cuyo poder es más fuerte que cualquier otro.
La segunda operación
tiene por objeto encontrar, misteriosamente, en esta “materia”, la “sangre”, el
“oro”. El despertar y la reintegración. Una realeza primordial. Un principio que
renueva, que da vida, salud y victoria.
«La piedra que
no es piedra ni tiene naturaleza de piedra» se halla en la cumbre de la más
alta montaña.
Nuestra piedra
oculta no puede conocerse ni verse sin inspiración:
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