Lo que encontró Parzival fue la Belleza. El Grial es la Belleza.
La belleza es la vía de comunicación de la Divinidad. La vía de comunicación
de la Luz.
La Luz encuentra en la belleza un vehículo para transmitirse.
A través de la belleza, la Luz entró en las entrañas de Parzival y le hizo
ver. Una visión fugaz y, sin embargo, suficiente para aturdir; suficiente para
quemar.
Parzival se encontró con la Luz que atraviesa, con la Luz que transfigura.
¿Qué vio, qué escuchó, qué sintió Parzival? Una saturación de belleza. Y
algo más. A través de ella, algo más.
Vio algo que no pudo explicar. Se trata de una experiencia intransferible.
Por eso, hay que buscar por uno mismo.
La Belleza es uno de los lenguajes con los que el Dios del que fuimos
desgajados consigue entrar en comunicación con estas partículas desprendidads
del Núcleo Numinoso. Estas partículas que son nuestras almas.
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