Parzival recorre el mundo.
Un lugar alejado de Dios, un lugar
de sufrimientos; materia perecedera.
Algún día, Dios lo redimirá: lo
dotará de espíritu.
El hombre puede “conocer” porque
obra en él el Espíritu.
Parzival, el hombre, busca la
sabiduría y la verdad porque obra en él la fuerza de Dios. La fuerza de la Luz.
La fuerza del Espíritu.
La fuerza de Dios, la fuerza de la
Luz, aclara la mirada del hombre.
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