Y entonces saldrá de las profundidades de la
tierra un tenebroso averno de negrura y de fuego, una oscuridad que es la
tiniebla del averno del fuego, y ella consumirá todas las cosas, todo el
universo desde los más hondos abismos de la tierra hasta el aire del
firmamento.
Y el Señor reinará desde el firmamento hasta los
infiernos de la tierra. Tan profundo será el lago de fuego, que la piedra que
levantara un hombre de treinta años y que dejara caer abajo, llegaría apenas al
fondo al cabo de tres años.
Entonces Satanás será atado con toda su milicia y
será puesto dentro de ese lago de fuego. Y el Hijo de Dios se paseará con sus
elegidos sobre el firmamento, y encerrará al Diablo atándolo con fuertes
cadenas indestructibles.
Y, entonces, los Justos brillarán como un sol en
el reino de su Padre. Y el Hijo de Dios los conducirá ante el trono del Padre
invisible y le dirá:
"Tus enemigos te han negado y han dicho:
Nosotros somos los dioses y aparte de nosotros no hay otros dioses; han puesto
a muerte a tus profetas y perseguido a tus Justos. Eres tú ahora quien los ha
perseguido en las tinieblas exteriores."
Y entonces el Hijo de Dios se sentará a la derecha
del Padre y el Padre gobernará a sus ángeles. Pondrá a los Justos en los coros
de los ángeles, los vestirá con vestidos incorruptibles, les dará coronas
inmarchitables y sitios inmutables. Y Dios será en medio de ellos. No tendrán
más ni hambre ni sed; el sol no los golpeará, ni ningún calor abrasador. Y Dios
desterrará toda lágrima de sus ojos. Y el Hijo reinará con su Padre santo y su
reino no tendrá fin por los siglos de los siglos".
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