Es por esta razón por la que mi Padre me envió al
mundo, a fin de enseñar a los hombres, para que aprendan a distinguir al
verdadero Dios del Demonio lleno de malicia.
Satanás, príncipe de este mundo, supo que yo
bajaba del Cielo para buscar y salvar a los seres que habían perecido.
Entonces envió a su ángel y éste tomó tres maderos
y se los dio a Moisés para que yo sea crucificado sobre ellos.
Estos maderos han sido conservados hasta hoy para
mí, para mi crucifixión.
Y él mismo, el Diablo, reveló a Moisés su
divinidad.
Le permitió hacer milagros y le ordenó dar su ley
a los hijos de Israel.
Cuando mi padre hubo decidido enviarme a este bajo
mundo, hizo descender antes que a mí, por el Santo Espíritu, a uno de sus
ángeles, para que me recibiese.
Este ángel se llamaba María y se hizo mi
"madre".
Entonces yo bajé y entré en ella y volví a salir
de ella.
Yo soy el pan de Vida que desciende del séptimo
cielo.
Aquéllos que coman mi carne y beban mi sangre
serán llamados Hijos de Dios.
Y el Señor me dijo:
"Antes que el Diablo hubiera arrebatado al
Padre su milicia angélica, los ángeles glorificaban a mi Padre diciendo: Pater
noster qui es in coelis.
Pero desde el momento que fueron despojados, los
ángeles no pudieron glorificar ya al Señor con este canto.
Porque sus obras son malas y porque no llegan a la
luz.
Mis discípulos no se casan y son como los ángeles
de Dios en el Reino de los Cielos."
No hay comentarios:
Publicar un comentario