Satanás puso su trono en las nubes y envió a sus
ministros, los ángeles ardientes de fuego, abajo, cerca de los hombres, desde
los tiempos de Adán hasta los tiempos de Enoc.
Y el Diablo elevó a Enoc, su servidor, por encima
del firmamento, y le reveló su divinidad.
Le dio una pluma y tinta.
Enoc se sentó y escribió setenta y siete libros
dictados por Satanás.
Y el Diablo le ordenó llevarlos a la tierra.
Enoc volvió entonces a bajar a la tierra, confió
los libros a sus hijos, y les enseñó también la manera de celebrar sacrificios.
Y así escondía a los hombres el reino de los
cielos.
Y Satán les decía: "Ved que soy vuestro Dios
y que no hay más Dios que yo".
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