Antes de entrar
en el castillo de Munsalvasche, el castillo del Grial, Parzival visita al
anciano eremita Trevrizent, que habita en una cueva contigua a la Fontane la
Salvasche.
Trevrizent
pertenece a la familia del Grial. Es nieto de Titurel, hijo de Frimutel,
hermano de Amfortas y de Herzeloyde, tío de Parzival (que es hijo de Herzeloyde).
Su hermano, el
rey Amfortas, ha caído enfermo, o herido, por su inclinación a los placeres
terrenales, y con ello ha quedado incapacitado para gobernar.
En cambio,
Trevrizent, que fue caballero notable en su juventud, ha rechazado todo lo
terrenal, todo lo físico, ha renunciado al mundo y ha ofrecido su vida a Dios,
para lograr la salvación de la comunidad del Grial.
En la soledad de
la gruta del bosque de Terre Salvasche, Trevrizent vive como ermitaño, ayuna
para combatir la carne, creación del diablo, considerando la vida en la tierra
como un tiempo de preparación para el retorno al cielo, de donde procede su
alma.
Así, se ha
convertido en un ser espiritual que puede actuar como intermediario entre Dios
y los hombres.
De vez en cuando
es visitado por peregrinos que buscan en él consejos espirituales.
Trevrizent no es
un monje ni un sacerdote, pero es considerado como un hombre santo que puede
enseñar a la gente a encontrar el camino hacia Dios.
Parzival lleva
mucho tiempo vagando sin rumbo, alejado de Dios.
Llega a la
cueva, y Trevrizent le viste con una túnica, nueva vestidura “espiritual” que
representa el despojamiento de la materia.
El anacoreta
inicia a Parzival en los secretos del Grial.
En las
conversaciones con el ermitaño, Parzival completa su educación en sus aspectos
espirituales, se aproxima a la divinidad.
Parzival
comprende todo el dolor que ha causado:
Herzeloyde murió
de la pena que le provocó la marcha del hijo.
Amfortas sigue
sufriendo debido al fracaso del joven en su primera visita al castillo del
Grial, donde no supo interesarse por el sufrimiento del rey, interés que habría
sanado a éste.
De Trevrizent,
Parzival recibe conocimientos sobre sí mismo, sobre el mundo y sobre Dios.
Trevrizent le
enseña la vía para alcanzar la paz del alma, para alcanzar el Grial.
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