Ascenso a los
cinco primeros cielos.
Luego me subió
por encima del firmamento, al primer cielo.
Allí vi un trono
en medio, a cuya derecha e izquierda había ángeles.
Los ángeles que
estaban a la izquierda no eran como los de la derecha, pero todos alababan a
una voz.
Pregunté al
ángel que me guiaba:
“¿A quién se
dirigen estas alabanzas?”
Respondió:
“A la gloria del
séptimo cielo, al Santo que eternamente descansa, y a su Amado, al lugar desde
donde he sido enviado a ti, allá se dirigen”.
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