Tan buena prueba
y fuerte guardia
hacen los
caballeros de esta región
que ni con
fraude ni artimaña
puede
franquearse esta zona de montaña.
Los caballeros
que guardan el Grial
tienen que ser
sin tacha también respecto a la castidad.
Quien desea
pertenecer al Grial
tiene que jurar
abstenerse, por completo,
del amor humano.
A quien acaba
sus días
sin que su alma
haya pecado
con el cuerpo,
Dios no le será sustraído,
pues ha vivido
una vida digna de alabanza.
Wolfram von
Eschenbach
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