lunes, 21 de enero de 2013

Trevrizent




Parsifal fue a la Fuente La Salväsche,
a una celda perdida en la roca,
que Trevrizent había elegido por mansión.
Con él aprendió Parsifal
la ciencia secreta del Grial.

Trevrizent entregó
su espada y vida de caballero
al servicio del Amor divino
para ganar la salvación eterna.

Combatía el poder del diablo
mientras sufría al ayunar.
Dios le había dado tales sentimientos
que sólo vivía preparándose
para el día en que volaría al cielo.

El anfitrión condujo a Parsifal a una cueva
donde el soplo del viento apenas se percibía.
Allí había una túnica, que le puso a su huésped,
acompañándole a una celda próxima.

Wolfram von Eschenbach

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